Las viviendas se enfrentan a cuatro calles componiendo prácticamente la totalidad de la manzana. La parcela se encuentra a escasos 200 m. del mar. El entorno lo componen edificaciones de dos y tres alturas de uso residencial. Los espacios abiertos y ajardinados y el paseo marítimo son dos características importantes del contexto urbano.
La elección del cerramiento de ladrillo cara vista en color crema fue fruto de esa búsqueda con los colores claros propios de la arquitectura mediterránea.
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La fábrica de cara vista compite con los paramentos ciegos de estucado, alternándose entre ellos en dos colores: estos paños ciegos retan al mar, se enfrentan a él, pero con respeto. Buscan el diálogo con la naturaleza. Están quietos, anclados y levitando a la vez. Quieren hablar y expresarse como lo hace un bailarín en un sencillo y a la vez potente paso de baile.
Una de las señales de identidad del proyecto es la repetición de trece paneles ciegos en distintos colores en la fachada Sur. Desaparece la ventana tradicional en el plano de la fachada longitudinal dejando esa función al plano transversal. Este paramento queda totalmente acristalado, dando mucha más fuerza al elemento protagonista que consiste en un plano cúbico de enorme plasticidad. La visión que se percibe es diagonal dirigiendo siempre la mirada hacia el mar.
El panel tiene unas dimensiones de un cuadrado perfecto de 4,50×4,50 m2. No tiene textura alguna; tan solo la que da el propio material de mortero al estuco que se eligió como acabado. El sol ilumina en todo su recorrido-día los paneles, desde que nace hasta que duerme. Las luces y sombras de esta fachada Sur van cambiando durante todo el día, y si observamos bien el edificio durante distintos momentos parece que estamos involucrados en un juego vibrante de contrastes
El mismo lenguaje se ha perseguido en el resto del proyecto. No todas las fachadas repiten este mismo juego, pero si pretenden expresarse con el mismo discurso. Los colores se repiten, los planos cambian de dimensiones, los materiales se alternan de igual modo, aunque la proyección es más estereotómica. Nada en el resto del proyecto se expresa con mayor desnudez que en los trece paneles ciegos de la fachada Sur.
Para finalizar, solo podemos añadir qué sensación nos produce esta Arquitectura que no busca pretensión alguna. Paseando junto al conjunto de viviendas parece que nos sumergimos en momentos de armonía y sosiego donde el tiempo se ha parado por un instante.
A la hora de comprar una vivienda, el diseño importa. Para el comprador, una promoción con presencia de arquitectura de vanguardia añade valor y, por último y muy importante, no necesariamente tiene por qué elevar el precio de venta final.
El siguiente vídeo muestra una entrevista que hicimos en el año 2.012 al pie de las viviendas para conocer la opinión del ciudadano sobre nuestro proyecto.