Nos hemos enfrentado al proyecto bajo la premisa: “piensa global, actúa local”. O lo que e lo  mismo, contaminación “0” y recursos locales.

El escombro que genera la propia obra, la reutilización y reciclaje de acabados como pavimentos, alicatados y puertas existentes, el uso de nuevos materiales de empresas de la isla, todo ello, unido a técnicas constructivas locales como el revoco a la cal, hacen de Can Monges un lugar de experimentación y ensayo.

El CÁÑAMO. La vivienda tiene 200 años de antigüedad y sufría un problema enorme de humedad por capilaridad. Después de valorar opciones arriesgamos y nos decidimos a usarlo. Somos pioneros en las islas en el uso del cáñamo, y esperamos ser ejemplo para otros arquitectos. Según nos consta, en Mallorca, y en casi toda España, no se ha trabajado aún con este material por desconocimiento y falta de empresas que lo fabriquen (en 1961 Naciones Unidas prohibió su cultivo, hoy ya levantado). Sin embargo, sabíamos que es apto para zonas de elevada humedad ambiental como la isla, ya que la regulación higrotérmica que provoca este material aumenta el confort y ahorra energía.


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Lo interesante es que el cáñamo recoge la humedad del terreno y lo transmite al ambiente interior. (No se queda en el muro). Dispusimos un zócalo perimetral de un metro de altura que recorre toda la planta baja. Cuando la casa esté cerrada, la humedad por capilaridad que ha pasado al ambiente a través de este zócalo de cáñamo, desaparece gracias a la ubicación estratégica de varios respiraderos cerámicos en fachadas opuestas que renuevan el aire.




También usamos el cáñamo en los tejados por su altísima capacidad térmica (tres veces superior a tratamientos convencionales), y en las paredes de separación de estancias por sus capacidades acústicas extraordinarias (alta densidad). Aprendimos que la energía prima consumida en su fabricación es muy baja, de rápido crecimiento y fácil cultivo. Es saludable y de gran durabilidad. Tenemos que saber que el uso del cáñamo en la construcción contribuye a secuestrar, e incluso reducir gases que provocan efecto invernaderos durante la vida útil del edificio. Sin duda, es uno de los materiales del futuro ya que además se está empezando a utilizar como sistema estructural, penalizando a nuestro estimado hormigón.


Las cuerdas de las barandillas de las escaleras son también de cáñamo.





Ha sido el único material que hemos prescrito de fuera de Mallorca. No nos pesará si Can Monges se convierte en un ejemplo de arquitectura ecológica que empuje a promotores de las islas a cultivar esta planta para su uso en la bio-construcción. Nos consta que empresas tradicionales de la isla ya han demostrado en sus departamentos de i+d que funciona en ambientes húmedos, y llevan un año buscando “payeses” que quieran cultivarlo para nuestro fin.

Can Monges es una oportunidad para arquitectos, constructores y empresarios locales dispuestos a mejorar, en definitiva, la calidad de las personas y las ciudades.




Para hacer de esta rehabilitación un lugar eficaz medioambientalmente, en primer lugar, debíamos plantearnos qué hacer con el escombro que genera la obra. Dos máximas para empezar; reutilización y reciclaje. El escombro de la demolición se ha empleado para consolidar muros de fachada. Los bloques de marés del antiguo secadero se han utilizado para el nuevo mobiliario de la cocina y baños. Se ha dotado de una segunda vida al pavimento existente muy deteriorado, reutilizándolo en los dinteles de los nuevos huecos de fachada. Todo ello colabora a la reducción del uso de los recursos del Planeta.

Finalmente, solo hemos querido revocar aquellas fachadas que se encontraban en pésimo estado de conservación. Muchos de los arcos y huecos de paso dejan a la vista la exquisita belleza del interior de un bloque de marés abierto.


Los paramentos del interior de la playroom los hemos dejado en bruto para que los niños y jóvenes de la familia se hagan dueños del espacio grafiteando a gusto.



Planta 0



Planta 1





El pino norte (también de Mallorca) lo hemos tenido presente para las puertas y ventanas de las fachadas. Hemos dotado de enorme personalidad a las carpinterías con un nuevo sistema de pre-marco-marco en una sola pieza en forma de “T” que ha inventado Virginia del Barco.

El diseño responde a la falta de planeidad de los paramentos interiores de los muros de 70 cm de espesor.

¿Por qué no dejar libres los huecos y colocar toda la carpintería en la cara interior del muro? Eso hicimos. La “T” se empotra en una llaga del muro realizada al efecto para consolidar el marco, y directamente queda a la vista toda la carpintería. De nuevo el material en su esencia, nuestro objetivo siempre.

El barro y la cerámica suministrados por empresas locales están presentes en bajantes, canalones y otros elementos. La chimenea del salón se construye con el gesto invertido de dos bovedillas curvas, las mismas que hemos utilizado para el nuevo forjado de la cocina y para los apliques de iluminación de las habitaciones.

La escalera de acceso a la playroom desde el patio se realiza con una base monolítica de marés, para dar paso a una sucesión de escalones volados revocados con cal.


La construcción con cal es una técnica a antiquísima en Mallorca. Hasta ahora, solo se utilizaba en fachadas y paramentos verticales. Nos hemos atrevido y lo hemos utilizado también en los pavimentos y techos. El resultado de continuidad estética y plástica de todo el interior revela un ambiente de paz y sosiego, una de las pocas exigencias del cliente.

























































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